domingo, 17 de febrero de 2013

#12

Indiferencia.
Aquellas doce letras le recorrieron la columna. La sacudida que le provoco la destrozó.
No sabía que quería, pero sabía que aquello no.
No deseaba su amor, no aguantaría su desprecio, no quería que la recordase, anhelaba que no la olvidase.
Le destrozaría saber que su sonrisa seguía en su cabeza, le rompería averiguar que había sido sustituida por otros ojos.
Aspiraba a un hueco en su memoria, lloraba al pensar que quizás él no seguía adelante.
Pretendía ser la persona que le diera significado a sus canciones.
Tentó a la fortuna, y está, caprichosa, le rompió su mundo, sus contradicciones.
Nada tenía, y nada se merecía.
Solo indiferencia, y confusión.
Nada sabía, nada entendía.
¿Qué quedaba?
La indiferencia se transformo en rencor, el rencor en dolor, el dolor solo llevó a la desesperación
Sin saber como aquel que gritaba a los cuatro vientos su indiferencia, susurraba su amor.

Y ella ya no podía más, desechó los sentimientos, se cansó de jugar con aquel veneno.
Se colocó un corazón artificial y se desprendió del real, o mejor dicho, acepto que el real lo tenía otra persona, un ser indiferente, que la amaba y la odiaba, que no sabía que sentía, que tenía el corazón en su mano derecha y era desconocedor de lo que llevaba.

Pero la vida continuaba, y ellos con ella, sin saber nunca a ciencia cierta que consecuencias tenían sus actos. Que cada acción tenía su reacción. 

4 comentarios:

Victoria Ferreira dijo...

Dijiste mucho, con tan poco. Me encantó esta entrada y otras tantas que leí hace un rato. Me gustó mucho tu manera de escribir ^^ Me gustó la forma en que te expresas, y personalmente me sentí un poco identificada con lo que dice acá, aunque no sé si la intención era exactamente que alguien se identificara, pero en fin...
Buen blog :)

Yolanda Paredes dijo...

Muchas gracias ^^
No buscaba que nadie se diera por aludido, digamos que pongo una parte de mi en algunas entradas, pero me gusta saber que hay gente que "nota" lo que pongo como si fuera para cada persona :)

Anónimo dijo...

Ya te he dicho que no sé qué comentar por Twitter, pero he dicho que me pasaría y quiero que quede plasmado. HUM.
A pesar de algunos fallucos de ortografía, puedo decirte que el relato/reflexión/cómo-quieras-ya-llamarlo es bueno. Quizás se le dé muchas vueltas, ¿pero quién va a ser el listo que quiera poner en orden unos sentimientos así?
En fin, que me ha gustado, chiquilla. ^^

¡Un abrazo! ^^

Yolanda Paredes dijo...

Muchas gracias ^^