domingo, 25 de noviembre de 2012

#5

Noté el contacto de sus labios, y me obligué a sonreír y devolverle el gesto.
Escuché los problemas de una amiga y tuve que abrazarla y consolarla, darle consejos y decir que "Siempre estaré ahí"
Después de una traición tuve que llorar y dejar que me apoyara la gente que me quería.
Todo fachada, no tenía mayor sentimiento que la indiferencia, si es que se podía considerar sentimiento.
Pero el mundo no estaba preparado para gente como yo, a veces los miraba con algo parecido a pena, esos momentos eran los únicos que sentía algo por ellos.
Pena de ver como estaban atados a la amistad, el amor, el odio... quizás a ellos les daba pena yo, pero a mi nadie, ni nada me controlaba.
Ellos eran cuerpos dominados por locuras momentaneas.
Al sacar los sentimientos de dentro se podía ver a los humanos como seres estupidos, todo lo que creen saber es solo una idea, un sueño, algo que cambia mientras se dice. Quieren ser dueños de momentos, conseguir un amor verdadero, conquistar corazones, retener el aroma de una flor, tener el poder de que los objetos siempre tengan el mismo tacto y ver las cosas de la misma manera.
Esos deseos solo son producidos por sus instintos, por sus sentimientos y por su ignorancia.
Quizás yo no posea eso pero puedo ver la belleza de una flor marchitándose, apreciar la sutileza en el que un momento acaba, saborear el mundo.
Pero no podía compartir eso con nadie, así que seguiría pareciendo normal.

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