martes, 13 de noviembre de 2012

#3


En ese instante el mundo pareció detenerse.
En la oscuridad de la noche una luz cayo del cielo. Más de una persona observo como ocurría y sin embargo poca gente le hizo caso.
La estrella fugaz pareció recorrer todo el firmamento antes de decidirse a caer en un pequeño charco cerca de la villa donde vivía Broom.
Era un hombre que vivía todos los días como si fueran el último y que su única meta era conseguir algún día sentir aquello que muchos denominaban amor.
Quizás por el destino, por el azar o por la suerte esa noche se encontraba suficientemente cerca para oír el estruendo que causo la caída de la estrella fugaz, así que se acerco para ver de donde provenía.
Lo que vio le helo la sangre, el pequeño charco en el que había caído la estrella fugaz se empezó a deformar creando figuras imposibles hasta que de repente, vio como un pequeño árbol surgía del centro. Tenía el tamaño de un bonsái, pero con una estructura dorada que le hacía resplandecer.
Broom se iba maravillando conforme se le pasaba el miedo inicial, se metió en el charco para acercarse al pequeño árbol, en el momento que se acerco a él y lo tocó,  desapareció.
Aun lo buscan en la villa y ¿ Queréis saber donde está?  Pues ya sabéis, cuando os encontréis con un árbol así acercaos, pero solo si no os da miedo el lugar a donde os puede enviar. Lo único que se supo de Broom fue una carta que llegó escrita en tinta dorada en la que escribía que por fin sabía lo que era sentir amor.

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