viernes, 30 de noviembre de 2012

#6

Las lágrimas ya no encontraban dificultad para salir de mis ojos.
El viento ya había conseguido desentrañar los recovecos de mi pelo.
La soledad ya se había hecho hueco en mi corazón.
Recordé que me había llevado a aquel lugar, a aquella situación, a descubrir que había detrás de la desesperación.
*Después de alzar las alas e intentar volar, de levantarme después de cada golpe, sonreír en vez de llorar.
Los recuerdos que llegaban a mi mente estaban teñidos de sus caricias, de su mirada, de su respiración acompasándose a mis latidos, de como era la única persona capaz de conseguir que suspirase de aquella manera, de conseguir que perdiese el control.*
El viento hace que mi pelo se mueva, y las lágrimas se me peguen por la cara, no me molesto en separarlo, acabaría igual, todo final es un principio y a veces eran similares, empiezo a entenderlo.
*Mis recuerdos saltan de momento en momento, noto sus lágrimas, aquellas que derramó por mi, me veo a mi misma abrazándolo, diciendo que no pasaba nada, que todo estaba bien.....Imagino sus lágrimas de después, del final, de como algo se rompía, creo oír incluso ese crack, sonido que me hace estremecer.
Todo, en un segundo se vuelve oscuro, los besos, los pequeños mordiscos, las palabras que prometían "que todo iría bien" todo eso y más se transformaba en dolor, sufrimiento, pinchazos en el pecho.*
Oigo la voz de dos niños, me seco rápidamente las lágrimas, me coloco el pelo, elimino cualquier signo de tristeza. No los conozco, me da igual lo que puedan pensar de mi, pero no me permito ser débil, no puedo, a la gente débil se le hace más daño, lo he aprendido a base de dolor.
Me voy de aquel lugar, el que era mi lugar, que me había visto reír, llorar, querer y odiar.
Todo volvería a su lugar, nadie sería conocer de mis sentimientos y los recuerdos seguirían allí, doliendo, consumiendo poco a poco, por siempre.

 

No hay comentarios: